balls. Como en español ‘pelotas’, balls
se refiere a los testículos, pero en inglés ball puede indicar también el acto
sexual.
The
balls, las pelotas, los cojones. En este caso, la equivalencia con el
español es exacta (balls, pelotas), pero los ingleses los llaman también
nuts y los españoles, huevos, por ejemplo, sin que nueces o eggs,
respectivamente, sean usados normalmente en el otro idioma para designar esta
parte de la anatomía masculina. Esto origina a veces malentendidos. Recuerdo
que Sir Francis, gran admirador de lo que él llamaba 'gracia andaluza', contaba dos anécdotas de ingleses, viajeros por España, que
tuvieron problemas con la palabra «huevos»: El primero de ellos entra en el
compartimento de un tren, ve un asiento ocupado únicamente por un paquete y
pregunta a la señora del asiento de al lado: «Can I sit here?» (“¿puedo sentarme aquí?”), la señora responde:
«Si, pero tenga cuidado con los huevos». El inglés, señalando el paquete, comenta:
«¡Ah! huevos, ¿no?» y la señora replica: «No, alfileres». El segundo es huésped
en una casa de campo. Necesita ir a aliviar el vientre, y el dueño de la casa
le dice que no hay cuarto de baño, pero que puede hacerlo en el corral, aunque
le advierte que hay una gallina que pone los huevos «moraos». El inglés dice
que a él no le importa el color de los huevos que pone la gallina, hasta que el
campesino le aclara que es a picotazos.
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