Entre los pedos ‘históricos’ más sonoros y
olorosos, se encuentra sin duda el soltado por un tal Don Diego, caballero
español del siglo XVI, en la catedral de St. Paul’s, en Londres. Otro pedo
famoso, en la historia más próxima a nuestros días, sobre el que Sir Francis nos habló en cierta ocasión, es el lanzado por un
caballo en la ceremonia de recepción a un jefe de estado portugués en el
palacio de Buckingham. Dicen que la
Reina, turbada por el ruidoso incidente, se disculpó ante su
ilustre huésped, diciendo: «I’m sorry»
y éste, quitándole importancia a lo sucedido, respondió: «It’s all right, Your Majesty, anyway I
thought it had been the horse». («Lo siento». «No importa, Majestad, de
todos modos creí que había sido el caballo»).
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